martes, 26 de agosto de 2014

#2

Había pasado de conocer un vestido negro hasta la tobillos a conocer a un vestido de rayas, con vuelo, de tirantes, y con una abertura triangular en la espalda, aun que antes de conocer a este vestido, había tenido la racha de faldas, marcaban buen culo, pero no me realzaban para nada la regata, y mucho menos eran acordes a mi, ni apenas los olí, aun que el vestido de rayas tiene su historia, no eran tan friki como el vestido de cura, era cariñoso con mi figura, pero reservado y a la vez muy celoso, normalmente de mal carácter con todo a su alrededor, se encogía a mi cuerpo, y a veces chuleaba, muy bonito los primeros meses, hasta que me confesó que estaba cansado de sus costuras, que no le gustaba para nada de donde venia, y poco a poco se volvió negativo, se estremeció entre sus costuras, yo solo pensaba en desecharlo, en decirle claramente: ''yee, no me chulees que te mando a caritas'', pero siguió en su linea, hable con sus botones, para idear un plan, y haciendo lo imposible, conseguí que me odiase, que se alejase y que me dejase en paz. Aquello me marcó, y su recuerdo me sigue hasta día de hoy, por culpa de él ya no sabia como tratar a un vestido, él es razón por lo que mis miedos salen a flor de piel con bastante frecuencia, gracias a el me hice más reservada,y desconfiada.